La suerte de tener un anillo



Jack era un anillo de oro creado en una joyería prestigiosa de Gold Street, un día mientras descansaba en su cojín de plumas, escuchó un fuerte ruido y de repente vio a un enmascarado que lo metía en un saco junto con sus compañeros; sabía que pasaba cerca de la casa de la señora Molly porque el olor a tortitas de la panadería de al lado era inconfundible, también pasó por la tienda de deportes del señor Pelham ya que la campana de la catedral sonó a escasos metros.

Jack estaba asustado porque no sabía a dónde le llevaban, hasta que el saco cayó al suelo y salió despedido.

Lo único que pudo ver, antes de caer por una alcantarilla, fue que dos guardias arrestaban al ladrón; ...chocó con cantidad de tuberías y escapó, de milagro, de las fauces de varias ratas, ...el agua le arrastró dentro de una cañería, al fondo veía la luz y, cuando la atravesó, cayó a la orilla del mar, dónde la marejada lo adentró en las profundidades del océano.

Al principio miraba la cantidad de corales que había y luego las distintas especies de pececitos que vivían allí hasta que se dio la vuelta y se encontró con la boca de una dorada que se lo tragó. Pasó dos días dentro del gran pez hasta que notó que este dejó de respirar, entonces empezó a pasar mucho frío, luego al cabo de unas horas mucho calor, aturdido por los cambios de temperatura vió que un tenedor lo atravesaba y que unos dientes le mordían.

Al contacto de los dientes lo escupieron y delante de él tenía a la joven promesa futbolística que no paraba de salir en la prensa quejándose de haber mordido algo bastante duro. Jack asistió a su primer partido muy ilusionado y cada vez que su amo marcaba un gol este lo besaba y señalaba al cielo con él, Jack era feliz, pero está felicidad no duró mucho ya que su amo se rompió el ligamento cruzado anterior y su carrera futbolística terminó demasiado pronto.

Cuando estaba en el hospital un amigo suyo que era un profesional de la esgrima fue a visitarle y el futbolista acabó dándole a Jack diciendo que ya no necesitaba su suerte, su amigo aceptó encantado, sin embargo a Jack no le hacía gracia estar tan cerca de una espada.

Duró una semana en el dedo del espadachín, porque en el torneo mundial que se celebraba perdió la mano de un tajazo… Jack volvió a ser vendido porque su nuevo amo necesitaba dinero para ver si conseguía arreglarse la mano.

En fin Jack ahora es feliz, ya que mientras descansa después de tanto ajetreo su nuevo amo escribe cuentos para niños mientras se inspira en las aventuras de su nuevo anillo.
Edelwais

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